Hay dias que son muy buenos donde disfruto las travesuras de mis niños,asi me lo propusé
hace un par de años cuando comenzé a comprender que Eric necesita mas
dedicación y paciencia.Sin embargo hay dias como los de ayer donde pedía a
gritos internos un cambio,noce exactamnete de que pero en mi cabeza repercutía
cada palabras como un eco que hacia revolotear todos mis nervios.Pero soy la
única quién entiende a Eric y mi obligación era autotranquilizarme y
seguir,sacar mi cordura de donde en alguna parte quedó,aunque no me podía
concentrar en nada.
Nos
levantamos como todos los dias dispuestos a que sea un dia lindo y armónico sobre
todo,pero Eric ya estaba ansioso por la partida de su padre,asi que decidimos
que lo acompañaríamos hasta el Aeoropuerto,suponiendo que acortataría su
desasosiego ya que a él le encanta viajar en tren.La ida fuen tranquila,incluso
pudé retomar un libro que desde hace meses no puedo terminar de leerlo,él iva
con su padre muy entretenido y mi ventaja era que mi esposo fue prudente en
recurrir a sus ultimos minutos de serenidad para dedicar a los niños,tal vez
tuvó que ver mis miradas fijas que le insinuaban que él „debía“disfrutar esas
dos últimas horas hasta llegar a su partida.
Después de
una despedida,que resultó ser aún mas dificil de lo que pensé,porfin pudimos
disponernos a un regreso,que fue el mas largo de lo acostumbrado y calculado,muy
inquieto,confundido y ávido él y la pequeña un tanto aburrida,con hambre,ganas
de ir al watter y totalmente aturdida con el hermano.
Las miradas
eran perseguidoras en cada movimiento que hacíamos,no era para menos,nosotros no
podemos pasar desapercibidos,ya de eso me acostumbre y ahora no me afecta,pero
lamentablemente me sigué afectando la irritabilidad de la gente al vernos y de
sus llamados de atención a los que a ninguno presto atención pero cuanta
impotencia me resulta esa incomprensión.
Asi fué nuestro dia de Reyes,sin darme chance ni siquiera de fantasearlos con un cuento del mismo,ya que aqui en Alemania no acostumbran como en mi país de dejar los zapatos una noche antes y algo para los hambrientos camellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario